2/5/16

Blog: Sobre los libros, Youtube y los extremos

Libros de youtubers famosos
Libros y Youtube
Después del incidente que ocurrió durante la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo), en el que un youtuber logró colapsar Corferias con la sesión de firmas de su libro, las columnas de opinión comenzaron a publicar artículos ya fuera para alabar el trabajo literario de dicho personaje o, en el caso contrario, para hablar pestes de una “sociedad que sucumbe en la ignorancia”.

Particularmente, estoy hablando de un portal, el cual no voy a nombrar porque no quiero darle publicidad gratuita, que no midió sus palabras a la hora de permitir la publicación de columnas explosivas desde el punto de vista del histriónico aficionado y del “intelectual” ofendido.

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Libros de Youtubers famosos
No quiero sentarme a discutir si el libro de aquel youtuber puede ser considerado literatura o no – suficientes sentimientos encontrados tengo al respecto -, sino criticar el extremismo.

Uso este incidente para ventilar uno de los mayores problemas de la sociedad: la incapacidad que tienen las personas para ver los diferentes matices de la vida. Debo admitir que en más de una ocasión he pecado de extremista, y siempre acabó molesto con los demás y conmigo mismo; en conclusión, nadie termina contento. Es claro que los seres humanos estamos programados para querer siempre tener la razón, pero, y de la misma forma con la que hemos superado ciertos instintos animales, es necesario controlar la necesidad de imponer nuestro punto de vista.  

Me enojó la discusión que giró en torno al incidente de la FILBo porque, en los primeros días, no vi ningún debate sensato. Por un lado estaba la fan enloquecida que gritaba a los cuatro vientos que “su youtuber” era el mejor escritor del mundo y que era más divertido que aquel escritor que “convirtió a un hombre en cucaracha”; y por el otro, estaba el intelectual insufrible que empezó a citar a Nietzsche – porque siempre hay que citarlo por alguna razón – y construyó una extraña analogía entre los libros y el sistema digestivo usando palabras complicadas porque son “absolutamente necesarias”.

Tolerancia
Y es que ahí está el problema. Al encerrarnos en nuestros puntos de vista, nos encasillamos a nosotros mismos. Quien habla sin argumentos y en base a su fanatismo está mal. Quien construye una idea alrededor de un discurso enrevesado porque está más interesado en que todos sepan lo inteligente que es está mal. Cuando no somos capaces de ponernos en los zapatos del otro, empezamos hacer comparaciones sin realmente hacerlas, de tomar dos cosas completamente diferentes y tratarlas como si fueran lo mismo.

Es por eso que mi llamado es a dejar de comparar y apreciar la diferencia. Sé que suena a respuesta de reina, pero a veces los buenos mensajes salen de lugares inesperados. 

Tenemos que entender que el mundo está lleno de personajes totalmente diferentes y, por lo tanto, de opiniones diferentes. No se trata de no defender tus ideales, sino de hacerlo con buenos argumentos y sin atacar a los demás.

Un buen debate es aquel que no requiere de exponer los defectos del contrincante. Tus palabras deben hablar por si mismas; si realmente tu opinión tiene valor, imponerla a la fuerza la va a desmeritar por completo. 

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